Iván Duque se negó a escuchar a las víctimas. Fotografía Twitter Iván Duque.
Nuevamente la justicia colombiana y el Gobierno Nacional le dan la espalda a las víctimas del conflicto armado. Este 8 de abril, un día antes de la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas, se conoció que el presidente Iván Duque se negó a escuchar a las víctimas que clamaron por que no firmará la extradición de Dairo Antonio Úsuga David o alias «Otoniel».
Sobre las 07:00 de la mañana, el mismo Duque hizo el anuncio por medio de su cuenta oficial de Twitter. Con fuertes afirmaciones, el presidente develó que es indiferente a los anhelos de paz de las comunidades víctimas. De hecho el mandatario señala por medio de un hashtag «el que la hace la paga», promoviendo una vez más discursos violentos pero con evidente sesgo.
«Acabo de firmar la extradición de alias ‘Otoniel’, el peor narcotraficante y criminal de la historia reciente de Colombia. Las instituciones del país muestran su fortaleza y contundencia. #EsConHechos #ElQueLaHaceLaPaga», señaló el presidente.
Desde el pasado 6 de abril, 15 representantes de comunidades víctimas han estado en la ciudad de Bogotá en medio de reuniones con embajadas y en la Corte Suprema de Justicia, donde el día de ayer realizaron un platón que expresaba que rechazaban que la verdad fuera extraditada. Sin embargo, y aunque muchos medios de comunicación expusimos estas opiniones, el presidente decidió finalmente que alias «Otoniel» no le responda a las víctimas, sino que vaya a Estados Unidos a pagar por crímenes de narcotráfico y no los de lesa humanidad que quedarán pendientes en Colombia.
Las víctimas que además han tenido que cubrir su rostro con mascaras por temas de seguridad y portan una camisa de la Selección colombiana, han sido enfáticas en que por lo menos esperaban que la salida del país del exjefe paramilitar se pospusiera, para que cumpliera con sus objetivos de aportar a la verdad y que incluso abriera puertas de desmovilización con otros 7.000 combatientes.
Cabe aclarar, que en medio de entrevistas con CONTAGIO RADIO, las víctimas manifestaron que como afectadas directas querían ser ellas quienes presenciaran los aportes de Úsuga y eso no representa un apoyo a los grupos armados, que incluso siendo legales les han causado tanto daño. Una de las víctimas nos comentó que soñaban con entablar un diálogo con su victimario y que este testificará sobre lo que aún no se sabe de estos hechos, hechos que pueden involucrar a mandos militares e incluso figuras políticas que se favorecen de la guerra.
El mensaje de las víctimas, pese a esta «bofetada», es permanecer esperanzados. Junto a la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz han manifestado además que continuaran sumando esfuerzos para que finalmente su derecho a la verdad, reparación y no repetición sea respetado. Ahora quedan varios interrogantes: ¿Cuántos intereses estarán siendo protegidos con la salida de «Otoniel»? y ¿Qué clase de hechos y responsabilidades se le están escondiendo al país, pero principalmente a las víctimas?.
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