Julian Assange enfrentó al poder oculto: Noam Chomsky

Julian Assange enfrentó al poder oculto: Noam Chomsky
Foto:PA

Tras la detención el pasado 11 de abril de Julian Assange en la sede de la embajada ecuatoriana en Londres, varias son las voces a nivel mundial que se han sumado como apoyo para el periodista y activista informático, de quien se sabe a la fecha permanece incomunicado en una cárcel del Reino Unido. Una de las personalidades que se ha referido a la situación de Assange es el analista, filosofo y politólogo estadounidense Noam Chomsky.

A través de un video que viene circulando por las redes sociales, Chomsky ha manifestado que la situación que vive el australiano se debe básicamente a que ha realizado un «enorme servicio a todas las personas del mundo que atesoran los valores de la libertad y democracia y que por tanto exigen el derecho a saber lo que sus gobernantes hacen«. La razón para que sea hoy «uno de los criminales más peligrosos sobre la faz de la tierra, perseguido con salvajismo por los gobernantes de las sociedades libres y democráticas» Chomsky lo explica a partir de algunas teorías que exponen el principio básico de gobierno y cómo las acciones de Assange atentan en su contra.

Primero alude al profesor, político liberal y asesor gubernamental Samuel Huntington cuando este asegura que «los arquitectos del poder en los Estados Unidos deben crear una fuerza que se pueda sentir pero no ver. El poder se mantiene fuerte cuando permanece en la oscuridad, expuesto a la luz solar es que comienza a evaporarse«, a partir de esa premisa Chomsky analiza que Julian Assange «ha cometido el grave delito de exponer el poder de la luz solar lo que puede causar que el poder se evapore si la población aprovecha la oportunidad de convertirse en ciudadanos independientes de una sociedad libre, en lugar de los esclavos de un poder maestro que opera en secreto».

Luego, acude a David Hume y su exposición sobre los principios de gobierno, cuando se refiere a la «la facilidad con la que muchos son gobernados por unos pocos y la sumisión implícita con la que los hombres renuncian a sus propios sentimientos y pasiones frente a los de sus gobernantes», tratando de sustentar las relaciones de poder que propone, complementa su argumento citando «mientras la fuerza está siempre del lado de los gobernados, los gobernadores no tienen nada que los respalde sino la opinión, por lo tanto es solo en una opinión que el gobierno está fundado y esta máxima se extiende a los más despóticos y más militarizados gobiernos, así como a los más libres y más populares».

A partir de esa relación, Chomsky aterriza el pensamiento de Hume a sociedades donde la lucha popular durante años ha ganado un «considerable grado de libertad» lo que ha facilitado que «la fuerza está realmente del lado de los gobernados y los gobernantes no tienen nada que los apoye excepto la opinión«. Desde esa perspectiva, el filósofo presenta el valor que tiene hoy la industria de la relaciones públicas como el medio de propaganda más grande de la historia, cuando las élites hace un siglo comprendieron que «había demasiada libertad para que el público pudiera ser controlado por la fuerza, sería necesario controlar las actitudes y opiniones«.

Desde ahí, es que asegura Chomsky se crea un dispositivo para controlar a la población, que consiste en «operar en secreto para que los intrusos ignorantes y entrometidos permanezcan en su lugar alejados de las palancas de poder que no son de su incumbencia«, lo que afirma es la razón principal para clasificar los documentos internos so pretexto de ser resguardados por cuestiones de seguridad; excusa que ataca cuando se refiere a que «lo que se mantiene en secreto muy rara vez tiene que ver con la seguridad, excepto la seguridad del poder dominante respecto a su enemigo doméstico, la gente «equivocada».

En su reflexión, Chomsky concluye que el crimen de Assange consiste en «violar el principio fundamental del gobierno al levantar el velo del secreto que protege al poder del escrutinio y evita que se evapore«, un temor que se siente desde las instancias del poder por la capacidad que tiene de «conducir a la libertad auténtica y democracia si un público alarmado llega a comprender que la fuerza está del lado de los gobernados y si es así puede usar su fuerza, si es que eligen controlar su propio destino«. Finalmente, hace una llamad a todas las personas a agradecer a Julian «por su valor e integridad al brindarnos este precioso regalo que le ha costado mucho para nuestra vergüenza».

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