La Cumbre Amazónica concluye con la Declaración de Belém para no llegar al punto de no retorno

La Cumbre Amazónica concluye con la Declaración de Belém para no llegar al punto de no retorno

Con la Declaración de Belem, los ocho países que conforman la selva amazónica buscan evitar que se llegue al punto de no retorno. Estos son algunos puntos claves de lo pactado en Brasil

Por Sabrina Certomà, Redacción Contagio Radio

Al finalizar la Cumbre de la Amazonía, que tuvo lugar entre el 8 y el 9 de agosto en Belém (Brasil), los representantes de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela – países pertenecientes a la OTCA (Organización del Tratado de Cooperación Amazónica) – firmaron la Declaración de Belém con el objetivo de evitar que la deforestación alcance un punto de no retorno en el que emita más carbono del que absorba.

El documento comprende 113 puntos distribuidos en diversas áreas como el cambio climático, la protección de la biodiversidad, la cooperación policial y judicial, y la protección social. El punto central de la Declaración es el reconocimiento del conocimiento de las poblaciones indígenas, considerado fundamental para mantener en pie la selva tropical, y uno de los aspectos principales es el reconocimiento de las culturas amazónicas para promover su conservación y la de las lenguas indígenas. La implementación del documento ahora recae en el trabajo de los ministros de Relaciones Exteriores, quienes deberán establecer objetivos y plazos a respetar en el futuro inmediato.

Para obtener más información: Los cinco puntos claves que se acordaron en la Cumbre Amazónica

Las propuestas de la Declaración de Belém incluyen:

  • Canje de deuda: Los países deberían buscar «mecanismos de financiamiento innovadores», como el canje de la deuda externa de los países amazónicos para conservar la selva tropical. También se insta a adoptar posiciones comunes en foros internacionales y en instituciones financieras multilaterales.
  • Alianza Amazónica para combatir la deforestación: Se propone crear esta Alianza para que los países puedan alcanzar sus propios objetivos de deforestación. En el caso de Colombia, el plan apunta a lograr la deforestación cero para 2030.
  • Bioeconomía y mesa redonda técnico-científica intergubernamental amazónica: Los representantes reiteran la necesidad de promover economías basadas en la naturaleza. Se garantiza que las bioeconomías contribuyan a la sostenibilidad de las poblaciones indígenas y las comunidades agrícolas, en paralelo con la investigación. El documento también propone establecer un Foro de Ciudades Amazónicas para implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas para 2030, y la creación de una Red Amazónica para la innovación y la difusión tecnológica.
  • Centro de cooperación policial internacional en la Amazonía y sistema de control de tráfico aéreo: Creación de un centro con sede en Manaus (Brasil) para intercambiar información y desarrollar investigaciones entre los ocho países, con el fin de combatir delitos transfronterizos. También se implementará un Sistema Integrado de Control de Tráfico Aéreo para controlar, entre otros delitos, el tráfico de drogas.
  • Red de autoridades del agua: Creación de una red para establecer protocolos de monitoreo para proteger las fuentes y generar alertas sobre riesgos ambientales. Además, se promoverá la pesca artesanal y la acuicultura, así como la agricultura familiar y tradicional.

Por último, la Declaración de Belém también contempla la creación de organismos como el Mecanismo Amazónico de los Pueblos Indígenas para promover su participación en la agenda de la OTCA, y un Observatorio de Mujeres Rurales de la Amazonía para fortalecer a las mujeres emprendedoras de la región.

Aunque científicos, organizaciones ambientales y movimientos sociales reconocen la importancia de establecer una agenda común entre los ocho países, la evaluación general al finalizar la cumbre es que se requieren objetivos más concretos y contundentes para salvar el ecosistema amazónico.

En los últimos días de reuniones, otros cuatro países de la selva tropical se unieron: Congo, República Democrática del Congo, Indonesia y San Vicente y las Granadinas. Junto con estos últimos, se redactó el comunicado «Unidos por Nuestros Bosques«, que denuncia la falta de pago por parte de los países desarrollados del 0,7% de su ingreso nacional bruto y la falta de financiamiento climático de 100 mil millones de dólares al año para los países en desarrollo a partir de 2020, como se acordó en la COP15 de 2009. Los países de la selva tropical también recordaron el incumplimiento de los objetivos de mitigación por parte de los países ricos y la necesidad de acelerar la descarbonización de sus economías, alcanzando la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero, preferiblemente antes de 2050.

Finalmente, los países amazónicos participarán en la COP28, que se llevará a cabo del 30 de noviembre al 12 de diciembre de este año en Dubai, como una coalición unida para lograr los objetivos establecidos durante la Cumbre de la Amazonía.

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