Foto de InSight Crime
Mientras en Barranquilla se jugaba el partido entre Colombia y Venezuela, Gustavo Petro planteó cómo disminuir el número de migrantes del vecino país por la frontera con Panamá
Por Sabrina Certomà
Las penurias económicas y la falta de oportunidades son las principales razones por las que un número cada vez mayor de personas entre Venezuela y Colombia (y más allá) deciden cruzar los 266 km de la espesa selva del Darién, una región montañosa que une Colombia con Panamá, conectando Sudamérica y Centroamérica. Ruta favorita de los emigrantes que quieren llegar a Estados Unidos desde Venezuela, no ha dejado de batir récords en los últimos años, hasta el punto de que las autoridades del Estado centroamericano habían anunciado que estaban estudiando medidas más restrictivas para frenar la entrada de emigrantes; entre ellas, el cierre total de la frontera.
Esta situación marcó una crisis humanitaria que también fue destacada por las Naciones Unidas, según la cual el número de migrantes que cruzan la selva del Darién se ha duplicado desde 2021: el gobierno de Panamá declaró que casi 250.000 personas cruzaron en 2022. En 2023, el número total de migrantes supera al de los que cruzaron el Darién en 2022. Según las autoridades panameñas, hasta agosto más de 307.000 personas emprendieron un arriesgado viaje por esta ruta. Según las autoridades, de todas estas personas que cruzaron la selva en 2023, aproximadamente el 20% son niños y adolescentes. «Dentro de ese grupo de edad, al menos el 51% son niños de cinco años o menos. Como anticipaban las cifras, superamos el número del año pasado (…) Los últimos tres años han sido muy superiores a los últimos 11 años en cruces». Además, el número de fallecidos cada año entre los que deciden intentar la travesía nunca se identifica con exactitud, ya que a menudo no se encuentran los cadáveres y las muertes no se anuncian.
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El pueblo venezolano es una de las comunidades que más preocupa a la organización, ya que el número de migrantes de este país que cruzan el Darién se ha multiplicado por 50 hasta alcanzar los 150.000. Por esta razón, en la noche del 7 de septiembre, mientras se jugaba en Barranquilla el partido de fútbol entre Colombia y Venezuela, primera jornada de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial 2026, el presidente Gustavo Petro esbozó lo que a su juicio sería la solución para reducir el número de migrantes del vecino país.
A través de su cuenta X (antes Twitter), el mandatario colombiano afirmó que la única solución para controlar y mitigar la peligrosa migración por el Tapón del Darién es desbloquear financieramente a Venezuela. “Si queremos en verdad frenar el desastre humanitario del éxodo por el Darién hay que desbloquear económicamente a Venezuela”, escribió Petro. Petro calificó de «excelente paso» la liberación de unos 3.000 millones de dólares, dinero venezolano retenido en el exterior, que se había acordado en noviembre del año pasado en México en un diálogo entre la oposición y el oficialismo, y que hasta ahora no se había concretado.
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Del mismo modo, el progreso económico de Venezuela podría inducir a los ciudadanos venezolanos que se han asentado en Colombia en busca de oportunidades a pensar en regresar, ya que actualmente se calcula que hay entre dos y tres millones de venezolanos en la región cafetera, de los cuales al menos 800.000 carecen de estatus migratorio legal.
Mientras Petro hacía esta propuesta, el canciller colombiano, Álvaro Leyva, se reunía con altos funcionarios estadounidenses, entre ellos la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Elisahbeth Sherwood-Randal, a quienes expresó su preocupación por el aumento de la inmigración. Según un comunicado del Ministerio de Exteriores de Colombia: «Se abordaron los retos que enfrentan ambos países en distintos frentes, especialmente los derivados de la migración irregular. Se comprometieron a mantener el trabajo conjunto,en instancias como el grupo tripartita (que comparten con Panamá), en ámbitos regionales y multilaterales y, sobre todo, en lo bilateral”.
La comunidad colombiana ocupó el quinto lugar de migrantes que cruzaron la espina del Darién con 5.064, sin embargo, en 2022 pasaron por esta selva más de 35 nacionalidades.
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