“Sus hijos y familiares no eran, ni fueron, ni pertenecieron a ninguna organización criminal”: militares a las madres de Soacha

“Sus hijos y familiares no eran, ni fueron, ni pertenecieron a ninguna organización criminal”: militares a las madres de Soacha

Gabriel Rincón, teniente coronel (r). Fotografía Comisión de la Verdad.

El martes 10 de mayo la Comisión de la Verdad – CEV llevó a cabo en el municipio de Soacha el evento “Encuentro por la verdad. Reconocimiento de responsabilidades sobre ejecuciones extrajudiciales en Bogotá y Soacha”.

En el espacio de dialogo, 13 víctimas e integrantes de MAFAPO – Madres de los Falsos Positivos de Soacha, pudieron hablar con los militares que admitieron su responsabilidad en el crimen de los llamados “falsos positivos” llevados de Soacha a Ocaña, Norte de Santander, para ser asesinados.

MAFAPO agrupa a las madres y familiares de 19 personas asesinadas extrajudicialmente por agentes del Estado en 2008. Las 13 víctimas que presenciaron al evento fueron: Cecilia Arenas, hermana de Mario Alexander Arenas, asesinado el 21 de enero de 2008; Rubiela Giraldo, madre de Diego Armando Marín, asesinado el 6 de enero de 2008; Carmenza Gómez, madre de John Nilson Gómez Romero, asesinado el 2 de marzo de 2008; Soraida Muñoz, madre de Jonny Duvián Soto Muñoz, asesinado el 12 de agosto de 2008; Beatriz Méndez, madre de Weimar Armando Castro Méndez, asesinado el 21 de junio de 2004; Ana Páez, madre de Eduardo Garzón Páez, asesinado el 5 de marzo de 2008; Jacqueline Castillo Peña, hermana de Jaime Castillo Peña, asesinado el 12 de agosto de 2008; Blanca Nubia Monroy, madre de Julián Oviedo Monroy, asesinado el 3 de marzo de 2008; Maryeri Oviedo Monrroy, hermana de Julián Oviedo Monroy; Doris Tejada, madre de Óscar Alexander Morales Tejada, asesinado en enero de 2018; Gloria Astrid Martínez, madre de Daniel Alexander Martínez, asesinado el 6 de febrero de 2008; Flor Hilda Hernández, madre de Elkin Gustavo Verano, asesinado el 13 de enero de 2008; Idalí Garcera, madre de Diego Alberto Tamayo Garcera, asesinado el 25 de agosto de 2008.

Sandro Mauricio Pérez Contreras, sargento (r), Gabriel de Jesús Rincón Amado, teniente coronel (r) y Paulino Coronado Gámez, general (r) fueron los militares retirados que reconocieron sus responsabilidades en el caso.

Según ha podido documentar la JEP, en Colombia hay evidencia concreta de 6.402 casos de ejecuciones extrajudiciales. Los hechos se presentaron en 31 de los 32 departamentos del país y de estos 14 ocurrieron en Soacha y cinco en Bogotá.

La Comisión de la Verdad considera que este es el momento de reconocer las responsabilidades individuales y colectivas a las que haya lugar sobre las ejecuciones extrajudiciales, también estamos en deuda de dignificar a quienes fueron estigmatizados, a las madres y familiares que recorrieron el país y a quienes en un principio no les creyeron sobre el desaparecimiento de sus seres queridos.

El encuentro pudo desarrollarse tras un trabajo de dos años entre la CEV, el colectivo MAFAPO y los responsables. Cientos de víctimas fueron escuchadas así como a los autores de las violencias, que después de un proceso de diálogo, reconocieron responsabilidades públicamente.

«Víctimas y victimarios presentes, queremos mostrar que la paz sí es posible«

Muy conmovedores fueron las intervenciones de las víctimas, quienes recordaron sus seres queridos asesinados, la lucha por la verdad que ya lleva 14 años y la completa inocencia de quienes fueron sentenciados sin ser delincuentes ni guerrilleros.

En el 2008 sucedieren crímenes de lesa humanidad, o sea falsos positivos. Fueron 19 chicos que sacaron de su casa ofreciéndole trabajo. Los llevaron a norte de Santander y los mataron. (..) Invito a mis compañeras de dolor para mostrar que no fueron guerrilleros y que nunca estuvieron en un combate. Víctimas y victimarios presentes, queremos mostrar que la paz sí es posible.

Cecilia Arenas

Queremos manifestarles que estamos aquí con el compromiso que adoptamos ante el espacio brindado por la CEV con la finalidad de que llegara este momento para dignificar los nombres de quienes fueron asesinados. Sus hijos y familiares no eran, ni fueron ni pertenecieron a ninguna organización criminal, tampoco fueron bandidos”. Así se expresó el teniente (r) Gabriel Rincón que además señaló la importancia del evento como “un paso grande para la sociedad y todas las personas”.  

El Comisionado de la CEV, Alejandro Valencia, reconoció la valentía del reconocimiento y admisión de responsabilidades de crímenes llevados a cabo por los militares, ya que es un primer paso para la reconciliación: “hacer estas admisiones no es solo inusual sino muy audaz. No es fácil para las víctimas ni para los responsables, se requiere valor de uno y del otro”.  Explicó además que la investigación que llevó a la cifra de 6.402 casos de ejecuciones extrajudiciales, se dio a través de 1042 entrevistas a víctimas y responsables y 402 entrevistas a expertos y testigos.

Los asesinatos y desapariciones forzadas bajo combates disimulados de 2002 a 2008 fueron crimines de guerra y lesa humanidad emprendidos por el gobierno. Al privilegiar la muerte en combate se implementó violaciones del DIH e de los DDHH.

Alejandro Valencia

Señaló que este modus operandi fue algo llevado a cabo por personas en todos los rangos de la fuerza pública y que fue evidente la coordinación constante con paramilitares, basada en acuerdos para que hicieran presencia constante en los territorios.

Para el comisionado valencia fue muy impactante el testimonio de la víctima Carmenza Gómez: “no siento odio por aquellas personas que aquí están presentes, no siento odio por ellos. He logrado sacar este odio porque yo la primera vez que fui a la audiencia quería matarlos, hoy no, puedo hablar con ellos, pude hablar con uno de los reclutadores”. La madre de John Nilson Gómez Romero concluyó su intervención gritando:

¡Soachunos, nuestros hijos no eran guerrilleros, no eran delincuentes!

Carmenza Gómez

El reconocimiento de responsabilidad

Los exmilitares presentes reconocieron sus crímenes: “lo único que tenemos que decir como mínimo es que es verdad, todo lo que ellas dicen. La verdad duele, pega duro, no ce acepta, pero si queremos tener un mejor país tenemos que reconocer la verdad, así si nos duela y nos coste”.

Con el propósito de la reconciliación y no repetición hay que tener presente en qué omisiones incurrimos. Debemos actuar al primer asomo de violaciones de DDH y al DIH

Paulino Coronado Gámez

Paulino Coronado, en ese entonces comandante de la brigada 30, una de las brigadas que perpetraron los asesinatos, destacó que como mando militar tenía la “autonomía administrativa para actuar”.

Me aflige pensar cual será mi memoria, como voy a quedar marcado, que se sabrá cuando ya no existe.

Paulino Coronado

Reconociendo el trabajo imparable de las madres de Soacha afirmó que es gracias a ellas y al trabajo de la JEP que la verdad pudo ser esclarecida: “quiero ganarme el perdón de ustedes, quiero que caminemos juntos para construir el futuro que toda la sociedad anhela”.

Reitero mi reconocimiento de responsabilidad, estos crimines atroces no eran ninguna mentira. Este acto que estamos haciendo debemos reiterarlo permanentemente, para que jamás se olvide.

Paulino Coronado

Me presté para encubrir, ocultar y organizar que estos falsos combates se presentaran como si hubieran sido reales, donde realmente no lo fueron. Yo encubrí y presenté documentos para que esa verdad no saliera a la luz pública”, afirmó el teniente (r) Gabriel Rincón. Admitió él también que “sí se cometieron estos vejámenes a manos de miembros de la fuerza militar” y que se causaron con fines estadísticos debido a las presiones que el ejército tenía “por mostrar resultados”.

Rincón también señaló la importancia de que el trabajo de la CEV siga también después de la entrega del informe, que ocurrirá a finales de junio, porque el fenómeno de los falsos positivos “está ocurriendo, sigue ocurriendo. Tenemos que llegar allá, y esa es nuestra labor. No queremos volver a ver más madres o familiares sentadas a llorar por el dolor por la pérdida de sus seres queridos”.

El sargento (r) Sandro Pérez quiso pedir disculpas a la comunidad de Soacha toda, por haberla difamado y denigrado.

Estos asesinatos son una realidad, son personas inocentes a quienes les apagamos sus sueños, sus ganas de vivir, a quienes yo les cegué la vida. Soacha no es lo que nosotros presentamos, es un lugar bonito donde la gente tiene proyectos de vida. En Soacha se puede vivir en paz y se puede prosperar. Quiero pedirle perdón a la comunidad de Soacha porque por mi responsabilidad fue señalado, pero no es lo que nosotros presentamos.

Sandro Pérez

El evento también conto con la presencia de comisionados de la JEP (Ariel Sánchez), la directora de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Luz Marina Monzón, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia, representada por su Jefe Roberto Menéndez y finalmente el embajador argentino en Colombia Gustavo Dzugala.  

A pesar de las evidencias y los testimonios de militares en retiro y con condenas e investigaciones que están camino de ser esclarecidas, el ex senador Álvaro Uribe, como reacción al evento, aseguró que entablará una denuncia contra la CEV a la que llamó Comisión de la «Irresponsabilidad», lo que implica un nuevo señalamiento contra las víctimas.

Sin embargo, las diligencias continuarán, pues la labor de los organismos creados como fruto del Acuerdo de Paz, es aportar en la reconciliación, que según las víctimas, solo es posible con la verdad y el reconocimiento de las diversas responsabilidades en los crímenes de la guerra.

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