Continúa el genocidio silencioso del pueblo Embera Chamí de Caldas

Continúa el genocidio silencioso del pueblo Embera Chamí de Caldas

«En memoria de todos nuestros muertos,
quienes nos heredaron la lucha por nuestra dignidad,
el territorio y la autonomía,
a quienes la guerra les arrebato sus vidas
«

Por: Movice / Cridec


Las comunidades indígenas del Pueblo Embera Chamí de Riosucio, Caldas, víctimas de la criminalidad del Estado y de los grupos paramilitares, entregamos ante la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición el informe ‘El Genocidio Silencioso del Pueblo Embera Chamí de Caldas. Masacres contra el Pueblo Embera Chamí de Riosucio, Caldas’. Este es un acto simbólico y político a través del cual queremos contribuir al esclarecimiento, visibilización y reconocimiento de un genocidio continuado contra nuestras comunidades, frente al cual el Estado no ha tomado medidas efectivas para salvaguardar nuestro derecho a la vida y a la integridad.

A través de este informe retratamos el genocidio y etnocidio que se ha perpetuado contra nuestro Pueblo a través de violaciones sistemáticas a los derechos humanos expresadas en masacres, desapariciones, asesinatos, violencia de género, discursos de estigmatización y doctrinas de homogenización y aculturación, que ponen en vilo nuestra pervivencia física y cultural, y que han tenido como responsables a miembros de
la Fuerza Pública y grupos paramilitares, quienes a través de sus prácticas de guerra y violación a los derechos humanos y territoriales fracturaron nuestro tejido social, rompieron nuestra relación con el territorio, afectaron nuestra identidad, y tradiciones espirituales y culturales como comunidades indígenas, además de limitar el fortalecimiento de nuestros procesos de organización política y gobierno propio.

Hoy reivindicamos que, hechos como las masacres de la Rueda, de la lideresa María Fabiola Largo y de la Herradura, fueron graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario que simbolizan la persecución contra nuestras comunidades, la sistematicidad de los hechos, la impunidad reinante, el despojo de nuestros territorios, la segregación racial, la omisión y responsabilidad del Estado en
estos crímenes, que hoy en día continúan.

Expresamos nuestro rechazo frente a los hechos ocurridos durante el mes de marzo del presente año en el Resguardo de origen Colonial Cañamomo Lomaprieta, donde fueron provocados diferentes incendios que destruyeron trapiches comunitarios, generando miedo y zozobra en la comunidad. Esta situación representa una clara violación a los derechos de las comunidades y la amenaza permanente de repetición de los hechos.

Hacemos un llamado a las autoridades para que inicien la investigación, entreguen respuestas efectivas a la comunidad frente a la conexión de estos crímenes y se construyan acciones de prevención y protección colectiva del territorio, que permitan continuar los procesos de soberanía alimentaria y organización comunitaria.

Alzamos nuestras voces para exigir ¡nunca más! y para contribuir a la construcción de la verdad desde nuestras cosmovisiones, luchas históricas y legados culturales, esperando que en el país se edifique una verdad sanadora, resiliente, incluyente, compleja y territorial que transite de las verdades judiciales hacia relatos que se apropien socialmente y contribuyan al escenario de justicia restaurativa, no repetición, reparación
integral y a la garantías de nuestros derechos al territorio y la pervivencia.

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